Los apotegmas de las madres y los padres del desierto. La colección alfabética  

¿Qué significa “apotegma”?
La palabra apotegma se refiere a una expresión breve y concisa que encapsula un pensamiento profundo, un consejo o una verdad fundamental. Es una afirmación ingeniosa que puede ser aplicada en diversas situaciones para transmitir sabiduría y reflexión en tan solo unas pocas palabras.


Un apotegma es como una joya literaria, una perla de sabiduría que brilla en la brevedad. A lo largo de la historia, muchas figuras influyentes, desde filósofos hasta líderes políticos, han utilizado apotegmas para transmitir sus ideas de manera memorable y profunda. Estas expresiones son un testimonio de la capacidad del lenguaje para condensar pensamientos complejos en formas concisas y memorables.

Desde un enfoque más académico, el concepto de apotegma se asocia con la retórica y la comunicación eficaz. Al transmitir ideas complejas en una forma compacta, el apotegma demuestra la habilidad del hablante o escritor para condensar el significado sin perder la profundidad. Es un recordatorio de que el lenguaje puede ser una herramienta poderosa para influir en el pensamiento y las emociones de otros.

LOS  APOTEGMAS  DE  LAS  MADRES  Y  LOS  PADRES  DEL  DESIERTO  

La  colección  alfabética  

Los miles de hombres que se internaron en los desiertos cuando el Imperio romano se convirtió al cristianismo, no buscaban el elogio o la admiración de los hombres. Hubo cristianos en esa primera generación que no se avergonzaron de mirar al movimiento con  disgusto sin  mencionar  el  horror con que  lo  vieron  autores  paganos  como  Eunapio.  Pero para quienes aceptaban el ideal, aunque personalmente no lo siguieran, era inevitable  sentirse  atraídos  por  él.  Fue  también  inevitable  que  los guías  del  movimiento  pusieran por escrito los consejos que daban a sus discípulos, y escribieran incluso tratados  sobre  la  vida  monástica.  Las  siete  cartas  atribuidas  a  san  Antonio  (+ 356)  pueden  ser razonablemente  aceptadas  como  auténticas,  e  igualmente  las  de  su  sucesor  Amonas,  a quien se atribuyen también otros breves escritos. Pero es la Vida de Antonio por san Atanasio  la  que  debe  ser considerada  como  la  Mente  original  donde  se  inicia  la  literatura  monástica,  el  manifiesto  que  se difundió  en  pocos  años  por  todo  el  mundo  romano  y  que  san  Gregorio  de  Nazianzo  describiera con  razón  como  “legislación  para  la  vida  monástica  en  forma  de  relato”.  Mientras  tanto,  en  el Egipto  superior  la  Regla  pacomiana  encontraba  su forma literaria en copto (es una de las obras coptas más antiguas), juntamente con escritos homiléticos y cartas. Hacia fines del mismo siglo IV fue escrita en griego la primera  Vida  de  Pacomio  y  Teodoro,  con  otra  colección  de  historias  sobre  Pacomio  y una  vívida  carta  del  obispo  egipcio  Amón,  que  describe,  desde  el  punto  de  vista  de  uno  que  se hallaba desde hacía mucho tiempo instalado en el medio más sofisticado de los alrededores de Alejandría y del Delta, los tres años que pasó en su juventud con la comunidad,  bajo  Teodoro,  en  la  década  del 350.  Sobre  Escete,  ya  no  se  puede  considerar  el  cuerpo  principal  de  los  escritos  “macarianos” como  la  obra  de  uno  de  los  dos  Macarios,  o de origen egipcio. Pero esto no excluye la posibilidad de que algunas de las producciones literarias que se conservan en griego, siríaco o copto puedan ser rectamente  atribuidas  a  alguno  de  ellos,  o  a  Moisés,  que  vivió  después.  La  atribución  fue   hecha  por  lo  menos  a  finales  del  siglo  V.  

Pero  el  impulso  literario  más  importante  llegaría  a  Egipto  desde  el  exterior.  Los  Padres capadocios habían  recibido  el  virus,  y  estaban  iniciando  la  vida  ascética,  con  su  literatura  propia,  en  las mesetas  de  Anatolia.  Fue  su  discípulo  Evagrio  Póntico  quien,  primero  en  Palestina y luego en Egipto, en el silencio de las Celdas de Nitria (recientemente excavadas  en  parte,  muy  oportunamente por  Guillaumont  [+  2000]  y  otros),  construiría  el gran “corpus” de doctrina ascética de los desiertos egipcios, mezclado con especulaciones cósmicas, según el legado de Orígenes, y que después de su muerte traería  descrédito  a  su  memoria,  oscureciendo  sus  auténticas  realizaciones.  

Vea también

Diccionario de espiritualidad católica, José María Lorenzo Amelibia

El tema de la espiritualidad me ha apasionado; es una aventura hacia Dios; su gracia …