Mujeres y hombres que se han consagrado a Dios, contestan con sinceridad a preguntas comprometidas y muy personales, discrepando en ocasiones entre ellos. Sacerdotes y religiosas nos desvelan si estuvieron enamorados en su juventud y si ha sido duro renunciar al amor de pareja, nos hablan de sus crisis existenciales y dudas, si se han arrepentido en su decisión, de la renuncia a la paternidad y maternidad, en definitiva lo que ha supuesto para ellos acoger una vida de austeridad y obediencia.
La vocación a la vida consagrada es una llamada especial que algunas personas sienten para dedicarse completamente a Dios y a la misión de la Iglesia. Esta vocación implica vivir de acuerdo a los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, en una comunidad religiosa, una orden monástica, o como miembro de una sociedad de vida apostólica.
Aspectos Claves de la Vocación a la Vida Consagrada:
- Llamado Divino: Muchas personas que sienten la vocación a la vida consagrada describen esta experiencia como una llamada de Dios. Este llamado puede manifestarse a través de un deseo profundo de servir a Dios y a los demás, una atracción hacia la oración y la vida espiritual, o un sentido de paz y plenitud al considerar la vida consagrada.
- Consejos Evangélicos: Los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia son fundamentales en la vida consagrada.
- Pobreza: Renunciar a la posesión de bienes materiales para vivir en comunión con otros y depender de la providencia divina.
- Castidad: Vivir la continencia perfecta por el Reino de los Cielos, dedicando el corazón plenamente a Dios.
- Obediencia: Someter la propia voluntad a la de Dios, a través de la obediencia a los superiores en la comunidad religiosa.
- Vida Comunitaria: La mayoría de las formas de vida consagrada se viven en comunidad. La vida comunitaria es una forma de apoyo mutuo y de crecimiento espiritual, donde se comparte la oración, el trabajo y la vida diaria.
- Oración y Sacramentos: La vida consagrada está profundamente enraizada en la oración y en la participación regular en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía y la Reconciliación. La oración personal y comunitaria es esencial para fortalecer la relación con Dios y para discernir su voluntad.
- Misión y Servicio: La vida consagrada no es solo un retiro del mundo, sino también un compromiso activo con la misión de la Iglesia. Las personas consagradas trabajan en diversas áreas, como la educación, la salud, la pastoral, la evangelización y la promoción de la justicia y la paz.
Tipos de Vida Consagrada:
- Órdenes Religiosas: Comunidades que siguen una regla aprobada por la Iglesia (ej. Benedictinos, Franciscanos, Dominicos).
- Congregaciones Religiosas: Instituciones más recientes que no siguen una regla monástica tradicional, enfocadas en diversas obras apostólicas (ej. Jesuitas, Salesianos).
- Institutos Seculares: Personas que viven los consejos evangélicos en el mundo, sin vida comunitaria, pero comprometidos con su consagración.
- Sociedades de Vida Apostólica: Grupos que viven en comunidad y se dedican a actividades apostólicas sin emitir votos solemnes (ej. Oratorianos).
- Vírgenes Consagradas y Ermitaños: Individuos que viven una vida consagrada fuera de una comunidad religiosa, dedicándose a la oración y la penitencia.
Discernimiento Vocacional:
El proceso de discernimiento vocacional es crucial y suele incluir:
- Oración y Reflexión: Dedicar tiempo a la oración y a la meditación sobre el llamado de Dios.
- Dirección Espiritual: Buscar la guía de un director espiritual o mentor.
- Experiencia de Vida Comunitaria: Pasar tiempo en comunidades religiosas para conocer su estilo de vida.
- Formación Inicial: Participar en programas de formación ofrecidos por las comunidades religiosas.
La vocación a la vida consagrada es un don y una llamada especial que invita a una vida de servicio, oración y dedicación total a Dios. Implica un compromiso profundo con los consejos evangélicos y la misión de la Iglesia, vivido en diversas formas y contextos. Cada persona que siente esta llamada debe discernir cuidadosamente y buscar el camino que Dios le tiene preparado.