El infanticidio es el homicidio doloso (el criminal busca intencionadamente el resultado de muerte de la víctima) de un infante.
La criminología reconoce varias formas de asesinato no paternal de niños. En muchas sociedades pasadas ciertas formas de infanticidio eran consideradas permisibles, mientras que en la mayoría de las sociedades modernas se considera a la práctica inmoral y criminal. No obstante, aún sucede — en el mundo occidental generalmente debido a la enfermedad mental de alguno de los padres o conductas violentas, y en algunos países pobres como una forma de control de la población, algunas veces con aceptación social.
Si bien el número exacto varía en función del país y de las diferentes culturas, se mantiene la tendencia de que la mayoría de infanticidios son cometidos por las madres. Concretamente el 70% de los filicidios y el 95% de los neonaticidios son cometidos por las mujeres.
El infanticidio a través de la historia y prehistoria
La práctica del infanticidio ha tomado muchas formas. El sacrificio de niños a deidades o fuerzas sobrenaturales, tal como el practicado en Cartago, como ofrenda a Moloch, es solo el caso más sonado del mundo antiguo. Independientemente de sus causas, a través de la historia el infanticidio ha sido común. La antropóloga Laila Williamson señaló:
El infanticidio ha sido practicado en todos los continentes y por gente de todos niveles de complejidad cultural, desde los cazadores nómadas hasta nuestros propios ancestros. Más que una excepción, ha sido la regla.
Un método típico de infanticidio en la antigua Europa y Asia era simplemente abandonar al infante (la “exposición” del niño), dejándolo que muera por expósito. En las tribus de Oceanía el infanticidio se llevaba a cabo por medio de ahogar al infante, mientras que en la Mesoamérica prehispánica y el incario se realizaba mediante el sacrificio.
Paleolítico y neolítico
Se han hallado esqueletos decapitados de niños homínidos con evidencia de canibalismo. Joseph Birdsell cree en escalas de infanticidio de 15-50% del número total de nacimientos en tiempos prehistóricos. Williamson calcula menores proporciones, de 15-20%. Ambos creen que altos índices de infanticidio persistieron hasta el desarrollo de la agricultura. Algunos antropólogos comparativos han calculado que el 50% de los neonatos de sexo femenino fueron matados por sus padres en el paleolítico.
En el mundo antiguo
El sacrificio de niños, o asesinato ritual de niños a fin de aplacar a seres sobrenaturales, era mucho más común en el mundo antiguo que en tiempos presentes.
En el Nuevo Mundo
Artículo principal: Sacrificios humanos en la América prehispánica
Los arqueólogos han hallado evidencia física de sacrificio de niños en varios lugares. Algunos de los casos mejor atestiguados son los diversos ritos que eran parte de las prácticas religiosas en Mesoamérica y el Imperio inca.
En el Viejo Mundo
Tres mil huesos de niños pequeños, con evidencia de sacrificio ritual, se han encontrado en Cerdeña. Los infantes eran ofrecidos a la diosa de Babilonia Ishtar. Los pelasgos ofrecían sacrificios de cada décimo niño en tiempos difíciles. Los sirios sacrificaron niños a Júpiter y a Juno. Muchos restos de niños fueron encontrados en las excavaciones de Gezer con señales de sacrificio. Esqueletos de niños con marcas de sacrificio también fueron hallados en el Egipto de los años 950-720 a. C.. En Cartago “el sacrificio [de niños] en el mundo antiguo alcanzó su infame cenit”. Además de los cartagineses, otros pueblos afines: fenicios y cananeos, moabitas y en el culto a Adramelec en la ciudad de Sefarvaim ofrecieron a su primogénito como sacrificio a sus dioses.
Cartago
Los fenicios y los cartagineses sacrificaban infantes a sus dioses. En tiempos modernos se han encontrado miles de huesos chamuscados de infantes en sitios arqueológicos. Una de esas áreas albergaba tanto como 20.000 urnas funerarias. Se calcula que el sacrificio de niños se realizó por siglos en esa región. Plutarco (aprox. 46-120 d. C.) menciona la práctica, como lo hace Tertuliano, Orosio, Diodoro Siculo y Filo. La Biblia hebrea también menciona lo que parece ser sacrificio de niños practicado en un sitio llamado Tofet (del hebreo taph o toph, quemar) por los cananeos, ancestros de los cartagineses, y por algunos israelitas. Escribiendo en el siglo III a. C., Clitarco, uno de los historiadores de Alejandro Magno, describió a los infantes rodar dentro del flameante altar sacrificial. Diodoro Sículo escribió que los bebés eran asados hasta morir en el fuego adentro del dios Baal Hamon, una estatua de bronce…